A veces también los animales son groseros, imitan a los humanos, se hacen popó en público, pelan los dientes. A veces los arcoíris interrumpen conversaciones en donde por una probabilidad matemática la verdad pudiera danzar desnuda o el tiempo pudiera estar dando pistas de sincronía. A veces los tambores aburren a los guerreros y el perrito de Pablov deja la galleta, detiene su salivación y mira televisión nacional. A veces llegar tarde es un acto heroico parecido a desmembrar a un espectro ante un jurado de niños ateridos de espanto. A veces los buses generan melodías asombrosas lanzando bocanadas de humo negro mientras aniquilan todo rastro de vida a su paso. A veces los días negros son memorables, y no por una mera ironía entre el escándalo ni mucho menos para justificar un discurso, si no simplemente porque son negros y ese color es parte de la ausencia, es un espacio, es un silencio.
foto: Selene Mejía
2 comentarios:
Entre tantos a veces me tornaste melancólica por esas cosas que para la mayoría de gente resultan invisibles
bueno, es que a veces el interruptor tiene corto circuito
saludos
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