La poesía fue entonces un subir de cobre articulado,
anatemas forzando a las horas que perdían el tiempo.
Un arco de blasfemias rotas
y líneas de corte abril marino.
Las palabras venían felices,
algunas tan duras como la palabra hombre,
otras más sutiles como escama,
como lente, como prisma,
no sé, la palabra siempre se escapa,
y se lleva a toda la verdad entre sus líneas.
2 comentarios:
un gusto leerte
tengo que contarte algo de este miope poema...
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