sábado, 12 de julio de 2008

flash back

El tiradero de compactos y memorias virtuales
en donde almacenamos las imágenes compartidas,
es una pira de melancolía de tiempos transcurridos.
la columna vertebral de nuestros espectros,
el alfabeto incoherente
que compusimos para guardar silencio.
Ese silencio aletargado de cada desencuentro,
una de nuestras tantas vidas,
navegando el gran cordón de la existencia,
ese teatro mágico en donde los dioses juegan a que no juegan
y los azares son noches, autos sin frenos
y muñecas de vitrina de avenida principal.
Vos reías…
Mostrando los dientes
el esqueleto,
yo también reía,
con una metralleta de palabras sin sentido.
Y es que no es necesario el sentido
cuando las agujas del reloj
nos marcan un instante.
Pero el intento nos salvaba de cualquier método
o determinismo.
Total los monos vienen de los monos,
y vos y yo ya no venimos más.
Y ni las darwinianas terquedades
nos podrían salvar de esta nave desplomándose.
Porque la salvación es algo que se quiere,
para eso los ángeles toman nota.
Y en esta sala, es esta tarde,
Nadie pidió salvarse...
Por eso el silencio nos descubre lejos de los salvos,
silentes como sólo nosotros,
y el mundo que gira,
da la vuelta completamente sin tomarnos en cuenta,
Sin editar nuestros versos,
Esos versos tristes, tontos, últimos,
Esos versos que traducen nuestra historia.

1 comentario:

Luis Pedro Villagrán Ruiz dijo...

Que tal, Alejandro.
Que bueno que te encuentro por acá.
Saludos!