Decir por decir, andar queriendo más bien las palabras, las bocas, los oídos, algo que estalla simple o mortificado. Quiero llegar al espacio céntrico, al id de los que deliran entre la información de la página uno a la 24 de un libro sin índice. Batallar contra tiempos impresentes, contra células mórbidas, contra gente celosa. Bocas agrias, desquicios de temporada. Decir por decir, que las cosas son o no son, que los amores matan, que los perros no ansían. Una banqueta limpia a las 5 de la mañana, un paquete de cigarrillos, las promesas que le hice a mis padres. Algo, no se. Un eterno mecanismo de fuga. Entonces seguir diciendo, por decir nomás, por querer las palabras mismas y sus estructuras de concreto inventado, el recurso a la mano, el discurso olvidado, el sueño y sus síntomas, las ganas de vivir, el espacio intervenido por unos pocos segundos.
También las mentiras están llenas de palabras, de palabras ciertas, de palabras buenas y vos me dirás algo de pronto, y yo te creeré seguramente, dirás cualquier cosa y yo estaré allí esperando, la palabra tibia que rebasa el universo de los signos, que amortigua un poco mi silencio, que tiene ganas de salir a dar un paseo y bueno, algo diremos al volver, algo corto y conciso, algo que nos sorprenda los misterios, los santos callados, los rótulos de guardar silencio.
También las mentiras están llenas de palabras, de palabras ciertas, de palabras buenas y vos me dirás algo de pronto, y yo te creeré seguramente, dirás cualquier cosa y yo estaré allí esperando, la palabra tibia que rebasa el universo de los signos, que amortigua un poco mi silencio, que tiene ganas de salir a dar un paseo y bueno, algo diremos al volver, algo corto y conciso, algo que nos sorprenda los misterios, los santos callados, los rótulos de guardar silencio.
3 comentarios:
ah, las palabras!
esas señoritas en gabardina y minifalda!
Yo creo que son mujeres che, son de esas nenas que tanto nos gustan
Si, de esas por las que uno se desvive...
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