lunes, 23 de junio de 2008

Cuando Cenicienta es un tipo cualquiera del tercer mundo

Este fue el experimento que expuse para el conversatorio sobre los estereotipos sexuales en la literatura,
sobre todo en los cuentos para niños. Un juego en donde se intercambian los roles de los personajes de
este cuento universal de La Cenicienta. Espero les guste, los comentarios son bienvenidos.

Ceniciento le llamaban los compas de la maquila donde trabajaba de 6 de la tarde a 6 de la mañana de lunes a domingo. Cuidaba de sus medios hermanos adolescentes, producto de un matrimonio accidentado y trágico entre su madre (viuda de su padre biológico) y un padrastro desaparecido. Su madre, ama de casa y bebedora empedernida también estaba a su cargo, sobre todo por su costumbre de beber desde temprano y dejar la realidad como por arte de magia. Nunca hablaban. Y cuando lo hacían, la plática cobraba un tono de reclamos, ofensas y maldiciones. Por esa razón Ceniciento prefería dejarla tranquila en ese silencio vacío en el que solía permanecer y trataba de encargarse de los oficios de su casa, incluidos sus dos medios hermanos, dos trabajos: Uno en una fábrica de textiles coreanos y otro por las mañanas en una tienda del barrio.
Ceniciento tenía una vida pobre, sin tiempo para sí. Entre sus quehaceres y problemas vivía, entre la nostalgia de una vida que nunca tuvo y la sensación vertiginosa de que la vida que sí tenía era una verdadera mierda que parecía no llegar nunca a ninguna parte.
A veces ceniciento se entretenía pensando en cosas como las nubes. En esas formas algodonadas, que alucinaba, danzaban mientras él tejía con una máquina inmensa que bien podría partirle la mano en mil pedazos si se descuidaba. Pero a él las formas que las nubes adoptaban, a un ritmo de sueño, le parecían seres que danzaban mágicamente, y se preguntaba porqué la vida, su vida, no podía ser así, como una nube lejana, blanca y grisácea, que iba y venía flotando tranquilamente en un inmenso cielo azul.
Sus compañeros le hacían bromas cuando trabajaba con gesto de extravío y Ceniciento sin prestar atención, seguía en esa rutina de cocer y cocer y cocer y a veces hasta sentía que un llanto asfixiante le llegaba a la garganta y le cortaba la respiración, pero de pronto en su mente una nube tomaba forma de corazón y entonces volvía a ser feliz aunque fuera por un segundo. El único segundo que tenía libre antes del cambio de turno.
Una mañana, cansado de abrir los ojos en la misma realidad, llena de trabajo extenuante, una madre a quien ya no recordaba sobria y unos medios hermanos indiferentes que sólo le prestaban atención cuando estaban metidos en problemas, Ceniciento decidió escapar. Con todo el dolor de su corazón, el sentimiento de culpa y la idea que lo que hacía era irresponsable. Se vistió con el overol con el que trabajaba en la tienda de su barrio, se despidió besando a su madre que yacía inerte frente al televisor y sin más, se fue directo al cementerio en donde estaba la tumba de su padre.
Pasó algunas horas frente al pequeño nicho corroído por el moho, hablando en silencio y haciéndole mil preguntas a su padre, mientras un cielo completamente blanco impedía que observara las formas de las nubes. Ceniciento lloró, con la garganta apretada y las manos arrancando puchitos de hierba y tierra, lloraba y acariciaba una lápida en donde apenas y se podía leer algún nombre o fecha.
Luego del llanto aletargado y amargo y el silencio lacerante de un padre a quien no conoció nunca, vino el vacío. La nada en donde ya ni las nubes, ni su madre ni medios hermanos, e incluso la gente gris de la maquila donde trabajaba podían existir. Ceniciento quedó en una especie de trance, dormido. Quizás por el cansancio rezagado de 24 años en la misma batalla, de su nostalgia interminable y de una vida que parecía estancada sin nubes, sin amor, sin vida.
En ese trance Ceniciento vio como una nube tomaba forma de rostro y sin más le habló, despacio y cariñosamente como un padre que se dirige a un hijo. Ceniciento sorprendido en su alucinación escuchó: Esta es tu noche hijo mío, gózala al máximo porque nada te puede detener, pero regresa al amanecer porque cuando amanece la realidad esclarece y surgen las verdades.
Ceniciento despertó de un salto, con una sensación de frío y alegría, quizás de liberación, como si su padre le hubiese dado una licencia, una llave. Se retiró del cementerio flotando y sonriente y caminó directo al bar a donde sus amigos de la maquila le invitaban cada viernes. Comenzó a beber como poniéndose al día, como queriendo beberse todos esos tragos que nunca aceptó en el pasado para sentir así lo que sentía la gente normal, la otra gente que parecía ser feliz.
Tenía un resplandor de alegría que captaba la atención de la gente, de los bebedores de las otras mesas que levantaban sus vasos y brindaban sonrientes con él. De las chicas que sentadas en las piernas de algunos se dejaban acariciar, pero le veían de reojo. De María la putía rubia que no le perdió de vista hasta tenerlo en su cama y carcajeándose le repetía una y otra vez. “Soy la primer mujer que probás cabroncito, ya vas a ver que nunca me vas a olvidar”. Y Ceniciento guiado por una fuerza que jamás había sentido permaneció en su trance de felicidad hasta un poco antes del amanecer, pues en pleno éxtasis recordaba perfectamente las palabras de su padre. Esta es tu noche hijo mío, gózala al máximo porque nada te puede detener, pero regresa al amanecer porque cuando amanece la realidad esclarece y surgen las verdades. Y Ceniciento siguió el consejo.
Los días pasaron y Ceniciento siguió en su rutina de vida, al parecer nadie lo extrañó el día que decidió escaparse, a excepción de los coreanos de la maquila, que lo despidieron al día siguiente. Pero con el trabajo de la tienda podía sobrevivir mientras conseguía otro trabajo para mantener a su madre y a sus medios hermanos. Además que de una forma extraña pensaba que el dueño de la tienda parecía haberle tomado cariño, lo comprobó el día cuando le dijo “Mijo, te busca una chavita”, y ceniciento sorprendido por la forma como lo había llamado el dueño de la tienda y por la visita de María, la putía rubia que le había quitado la virginidad, sólo pudo soltar su más profunda sonrisa.
Tomó unos minutos de descanso de sus quehaceres en la tienda y sentado a la par de la chica de minifalda permaneció entre contento, asustado y sorprendido. Como aquel día en el cementerio charlando con su padre muerto. María le sonreía nerviosa, Ceniciento, le contestaba gélido y ambos confirmaron que aquella noche mágica en la que Ceniciento brilló, hubo chispas en aquel cuartucho maloliente en donde la virginidad se esfumaba al ritmo de un sexo salvaje. María quedó enamorada de una mirada pura que examinaba su cuerpo durante el acto. Y no pudo pasar ni un solo minuto más de su vida sin esa mirada. Ceniciento sonreía, ella le prometió no cobrarle nunca más.

viernes, 13 de junio de 2008

armas típicas



Esta es una de las piezas de la nueva serie que estoy trabajando
como un reflejo de nuestra caótica sociedad. Espero poder
compartir algún documento especial para irles mostrando el proceso
de estas piezas. Estos son unos chacos hechos con flautas.
Son parte de la muestra Objeto de la que hablo en la entrada anterior.

jueves, 12 de junio de 2008

después de una buena exposición







Hoy abrí los ojos y recordé que la noche de anoche fue divina,
que hubo vino, amigos y mucho arte. abrí los ojos y recordé
todos los regalos de la noche. Como cuando uno sueña que se
gana la lotería y al día siguiente se levanta con esa sensación
de paz y alegría. Una buena dosis de locura, amistad, feromonas,
objetos de arte de los mejores artistas con los que he trabajado
y bueno, una noche genial en el espacio para las artes libélula.
En la muestra en donde Leandro Asoli, Jorge De León, Benvenuto
Chavajay, Darío Escobar y ALejandro Marré, montaron bajo la
dirección de Aida Aguilar una muestra exquisita. Desde lo sacro
a lo perverso, lo social, lo cultural. Los objetos nos acercan
a temas interesantes de formas concretas. Objetos que al
ser transformados transforman la realidad y nos formulan
reflexiones interesantes. ALgo que vale la pena ver, si se puede
uno escapara un día de estos y visitar el espacio.
Añado nada más la sonrisa que quiero compartir con los asistentes,
cómplices de las buenas conversaciones y bromas y afterpartys de la
noche de anoche...

lunes, 9 de junio de 2008

Esos días



Recuerdo sui Generis y el delirio de los 19 años.
Esa locura de leer poesía con un revólver en la cabeza
y el inicio de las acciones imaginarias.
Aquí uno de esos recuerdos, mi boda con la Fabulosa
en el atrio de la recolección. Pablo Bromo hizo de
cura y bueno el resto, la familia. El señor de sombrero
era mi suegro.
Una foto robada de la Prensa Libre, creo de los archivos de Rosina Cazali.
Gracias Rosina, gracias Bromo.

viernes, 6 de junio de 2008

Actividades de Junio



Este mes de chipi chipi, calles mojadas y gente irritable
está lleno de sorpresas, comenzando con la buena noticia
de que nuestro querido amigo Benvenuto Chavajay se llevó
el primer lugar del certamen de arte Juannio. Una buena
noticia para las artes plásticas nacionales. "Felicitaciones
hermano". La otra noticia del mundo del arte ha sido la
muestra de "Desapariciones". Realizada en La Antigua Compañía
de Jesús en Antigua Guatemala. Más conocida como Cooperación
Española. En este edificio está montada durante el mes de junio
una de las muestras más fuertes que he visto en los últimos
años que trata sobre el tema de las desapariciones en nuestros
países latinoamericanos. Una muestra cargada de imágenes duras,
sublimes y desgarradoras sobre el tema. Este fin de semana,
siempre dentro del contexto de la muestra, los artistas locales
expondrán una serie de acciones y performances, concluyendo la
exhibición, además de una serie de conversatorios con los mismos
artistas y curadores de la muestra. No hay que perderse esta
primera muestra de performances que se realiza en nuestro país.
Y la otra buena noticia es la muestra "Objeto" en el espacio
para las artes "Libelula", que como su nombre lo indica,
propone el trabajo objetual de 5 artistas entre los que cabe
mencionar a: Darío Escobar, Benvenuto Chavajay, Jorge De León,
Leandro Asoli y Alejandro Marré. Esta es una muestra que promete
una fina selección de objetos en uno de los espacios más alternativos del país. Espero verlos en estas actividades, tomarnos vinito y celebrar
que los artistas están vivos y siguen creando.

"Como un último dato, en este momento que estoy terminando de
escribir este post le dispararon a alguien frente a mi apartamento
una sensación de escalofrío pasa por mi cuerpo. Escuchar los
gritos, el disparo seco y ver con mis propios ojos a un ser humano
tirado en el suelo, es simplemente desagrrador. Una prueba más
de que vivimos en una jungla sin respeto, en donde debemos cuidarnos
y tratar de vivir al máximo, cuidenese chicos porfavor, que los
quiero ver vivitos a todos".

jueves, 5 de junio de 2008

gracias


A la vida en lugar de pedirle perdón o permiso hay que darle las gracias,
bailar al ritmo que suene, comer del plato que sirve, aprender a sonreír
incluso sin dientes y sobre todo ser, ser. Que es lo único que nos toca
y para lo que estamos por unos segundos en este bello paraje, y digo bello
porque es bello este mundo, con todo y su mierda sus presidentes gringos
haciendo guerras de porquería, sus políticos, sus injusticias, su hambre,
su desigualdad. Pero a pesar de los pesares y con todo y la vaina que nos
toca, este mundo es maravilloso. Los buenos amigos, el amor después del amor
la sonora dinamita y el vino. Como una especie de Cabral guapachoso canto
bajo la lluvia un son de vida, contra la pared mamacita diría una mamacita de
besos tibios maravillosos, y bueno la vida y sus tic tacs, qué se yo.
Algo lindo que compartir entre las balas. Nos morimos, eso sí, se mueren todos,
se muere mi prima en un hospital con un cancer terminal, se muere el sol
cada día, me moriré yo un día de estos, se morirá el ocaso, el sereno, la
naturaleza, pero no se morirá la esperanza, el amor. Al final en el planeta
un bicho sobrevivirá, y ese bicho querrá follarse a otro bicho en pleno acto
enamorado y caliente y habrá más vida. Entre las noticias de mierda de los
últimos días y el chipi chipi que nos entra hasta los huesos, puedo decir
que estoy vivo, más vivo que nunca y que espero que la banda esté prendida
porque mientras estemos aquí habrá rocanrol y mucha pero mucha poesía.
Salud hermanos, que la fuerza los acompañe.

lunes, 2 de junio de 2008

welcome darling

El ciclón de tus ojos espectadores del milagro de
Vernos en una zona neutral para parir el diálogo…
Uno de bocas cerradas y ojos que parecen rosas
de plástico en el funeral de las melancolías.

Veniste en el momento justo,
Justo antes de las palabras de despedida
Que no despiden a nadie.

Bienvenida con tus ojos y tus silencios,
Con tus ciclones de cinco de la tarde
En la sala de recepción de esta funeraria
En donde solemos juntarnos
a celebrar que la cabrona vida sigue
vivita y jodiendo.

poema de invierno 1

Esa soledad de carros mojados
De mudarse de gestos a cada cien millones años
Esa soledad de a veces y de costumbre
Por variar un poco los silencios,
Las calles inquietas de gente que no es nadie
De espectros también solos
que tan solo asoman por las vitrinas
del pensamiento y sus melodías de memoria.
Llevo una sílaba rota en el bolsillo derecho
de este saco que me acompaña como el mejor
de los amigos. Como el hermano gemelo
que murió en la batalla de las soledades.
Esa que solo se gana muriéndose,
para volverse a pelear.

poema amy

Instinto Amy winehouse
tocando hasta donde no se puede tocar
de fondo el mundo haciéndose el pendejo
Con sus lluvias locas
y sus fotos de cuando éramos felices.
Una película de acción sin diálogos,
Bajo las capas de la tierra húmeda
aún existe un sol tercermundista
con sus etiquetas salvajes y su sobrevivencia.
Somos esos
que alguna vez señalamos con el dedo
entre sonrisas y llantos.
Esos otros que parecían lejanos,
Y que ahora son estos nosotros.
Y el sonido de fondo me recuerda
el sabor de los llantos sin orgullo,
de los corazones en llamas,
de ver a dios en Manchester
y dejarme caer en el precipicio de tus pasos.
como el imbécil feliz que solía ser
Cuando no era el otro
señalado con el dedo.