martes, 22 de febrero de 2011

poema

No es lo mismo escribirte un poema a mano que apaciguarlo en un ordenador blanco con una manzana como símbolo. No es lo mismo hacerte mención de las cosas que pienso y siento cuando tecleo estas teclas, blandas, sutiles, diminutas, cargadas con material genético extraído de mis uñas. Porque también en las máquinas surge el deseo, noctámbulo, indescifrable de componer música sin música, de morder polvo y de perderse en el frenesí de unas cuantas palabras seguidas de otras, como en un tren negro sobre fondo blanco y sus movimientos invertebrados. La poesía tendrá su poesía, sus palabras, sus modos, pero yo te escribo desde una macbook sin prisa, sin ganas de que nos escuchen los que fingen no escucharnos.

lunes, 7 de febrero de 2011



Esta es la portada del disco ANIGLAM de la Banda Radio Viejo, la cual tuve la oportunidad de diseñar. Este nuevo proyecto musical contiene rolas cargadas de existencialismo y de una postura fuerte ante la vida.

Algunas fotos de la presentación, en la página del Circo del Rock

viernes, 4 de febrero de 2011

Memorias de la Vida, Tu vida.



Hace algunos años el buen amigo Lui Donis de Radio Viejo produjo una canción con un mensaje fresco para la juventud. Esta rola se llamó "Tu Vida" y fue parte de un proyecto patrocinado y apoyado por la Procuraduría de los Derechos Humanos en Guatemala, quienes lanzaron una campaña en pro de la paz. Junto a Lui, Angel Godoy de la P.D.H. y mi gran amiga y colega Monique Schramme nos lanzamos a la producción de esta pieza audiovisual. Una linda experiencia de trabajo en equipo en donde cada quien puso lo mejor de si. El experimento tuvo buena respuesta y meses después de su lanzamiento oficial se ganó el premio a mejor videoclip centroamericano en los premios Ícaro del 2005 o 2006. Ahora, con un poco de nostalgia por esos tiempos y por los proyectos de aquella época, lo publico acá para seguir compartiendo el mensaje de Radio Viejo.

Canción "Tu Vida", de Radio Viejo.
Video por: "Hecho en Casa"
Crew: Chente

jueves, 3 de febrero de 2011

esto es lo que hay


Yo no existo en google ni en buscadores similares, existo en el pan, en el hambre. Existo en las aguas claras y en las oscuras, en las mañanas sin destino y en los ojos rojos de los que se disponen a decir la verdad. Yo no existo en las vallas ni en las vitrinas, mi esencia no caduca como los productos del supermercado, yo no exploro aeropuertos ni me divierto en vacaciones con sol y bronceador. Yo no existo en Manhattan, soy un espectro que se disuelve en la normalidad de una calle ancha en Tokio, yo no existo en los itinerarios de ningún vuelo, ni en los listados de la CIA. Yo no existo en las tardes soleadas, ni en los brazos que acarician a las mascotas. Existo en el silencio, en las ganas de partir en dos un instante de elucubraciones, en las ganas de hacerse uno nube en una madrugada limpia. Yo soy el esperma, la sal. Soy el éxtasis de las 3 de la tarde sin testigos. Yo no existo en la banda ancha, ni en las conversaciones de más de 5 personas, yo no soy el amigo del grupo, no soy el vecino honorable, no soy el ganador del trofeo, ni de los platos de bronce con inscripciones y fechas. Yo no existo en la colectividad, yo no existo en la montaña rusa, ni en los menús ejecutivos de los restaurantes baratos de las zonas exclusivas. Yo no existo en el confort de unas monedas bien ganadas, ni en la idiosincrasia de los creyentes. No vengo del molde de los reaccionarios, ni levanto pancartas de lunes a viernes. Yo no existo en tu eco, ni en las generaciones venideras. Existo en el sonido rayado de un acetato sin dueño. Existo en los prismas de los espejos, en las partículas de polvo, en los orgasmos predestinados por estrellas y constelaciones. Existo en la cama extraña en donde hay versos que no concuerdan, en los errores ortográficos, en las trompetas de madera. Existo en el Cristo tatuado en el brazo de un viejo marino. Existo en las mareas altas, en los procesos lunares. Existo en las flores marcianas que comen moscas a medio día, en las vejigas adicionales de los camellos, en las pirámides de arena. Existo en un libro prohibido lleno de apuntes y teléfonos. Yo no existo en las patentes, ni en los rezos, yo no existo en las sabias palabras, yo no existo en las malas palabras, yo no existo en diccionarios. Yo no existo en los planes de expansión, en las listas de empadronados, en los votos celestes, en los partidos políticos. Yo no existo en las noticias, yo no existo en las calles azules ni en las rojas ni en las negras. Yo no existo en estos versos, existo en las líneas en blanco en donde existen también mis demás existencias, mis muertos, mis ganas, mis nombres secretos. Yo no existo en la tasa de mortandad, ni en las mentiras que nos dicen desde siempre. Yo no existo en las rosas, ni en diciembre. Yo no existo en las manchas de tinta o de vino del pasado. Existo en los reflejos de los cristales de los autos, en las alacenas de gente olvidada. Existo en documentos de Word, en carpetas sin nombre que pesan menos de 10 kilobytes. Existo en los sueños de un niño despierto que no puede soltar la tristeza, en los bolsillos vacíos de un viejo que ha dejado de soñar, en las ganas de un plato de mariscos, en una playa privada y sin acceso. En un club nudista a donde solo llegan ciegos que arrastran una desnudez extraña llena de pezones. Yo no existo en estas palabras, yo no existo en las otras, ni en las anteriores. Yo no existo en los perros de nadie, ni en las lunas llenas, ni en las alas de las mariposas. Yo no existo en estas palabras y estas palabras no existen en mí.


fotografía: Selene Mejía