lunes, 29 de diciembre de 2008

Un poema escrito en un nuevo Centro Comercial

Es interesante como los centros comerciales pueden convertirse en fuentes
de inspiración, sobre todo en un país en donde se inauguran más Centros
Comerciales que biliotecas.

Ansiando una motosierra manual
de cristal o de Oro puro,
el cortar de tajo el semblante
de los intercedidos.
Partir la mesa y los objetos volando
partir los gestos volátiles de los que
miran con asombro el suceso,
esas sonrisas burlonas en centro comercial,
Hay almas que tienen cuchillas en la
mirada.

Esas sombras desaparecen en mi cuento
sin personajes.

Rota la vasija que da de beber
a los imbéciles,
habrá un instante de honestidad
sin testigos.

Desear las cosas que parecen malas,
no es tan malo por momentos,
sobre todo cuando no queda horizonte
límpido ni nube pura sobre nuestras
Cabezas.

3 comentarios:

Duffboy dijo...

Cuánta verdad encuentro en estas líneas.

Lester Oliveros dijo...

Escribí en el Fontabella...jajaja, es broma brama de bruma...

Alejandro Marré dijo...

Justo allí nació este verso mano jajajajaj!!!!!
Le atinó de una mano!!!
Saludos