viernes, 7 de mayo de 2010

Festival de Poesía "Los del Viento" Quetzaltenango 2010















A veces me dan ganas de ser poeta para expresar lo que siento con esta vida vagabunda, con estas botas inquietas y con este corazón desafinado. A veces quisiera cabalgar sobre la palabra y que ésta me llevara de regreso a esas fotografías que publican en el Facebook, en donde sonrío como un delirante que paga la cuenta con la última sonrisa que le queda. A veces quisiera tener esa palanca de plumas con la que se detiene al reloj y se pasea lentamente por los segundos devotos de cuando ofrendamos con nuestra vida y con las últimas neuronas que quedan a salvo, tan solo para agradecer que la vida nos hace cómplices y camaradas del mismo pelotón. Una pandilla de asaltantes de sonrisas y quietudes y corazones y epicentros humanos. A veces como hoy, quisiera fundirme con las almas que llegan a nuestro encuentro, con palabras viejas que cobran sentido solo cuando nos volvemos viejos. Pero he dejado mi ofrenda, he partido con la maleta vacía, con el hígado destrozado, con los ojos rojos, con el sabor de la última palabra y de los últimos alaridos. Hoy quisiera ser poeta para hacerles un poema a esas almas espléndidas con las que comparti intensamente durante 4 días en el Festival de Poesía de Quetzaltenango.

¡Chicos los extraño!
¡Chocoyos Rules!
¡Perdon por robarme las fotos de sus faisbucs!




3 comentarios:

Ana González Ewens dijo...

Dichoso!!! Que bonito lo que dices sobre las palabras viejas que sólo entendemos cuando nos hacemos viejos (ni tanto).....pero creo que hay almas viejas desde que nacen y nos hacen el andar más ligero; aunque con el hígado destrozado estemos...Salud por eso!

Issa dijo...

Pues continue siendo ese poetabrindasonrisas!!!

Abrazo!

nicolececilia dijo...

arriba las manos, esto es un asalto!