martes, 22 de febrero de 2011

poema

No es lo mismo escribirte un poema a mano que apaciguarlo en un ordenador blanco con una manzana como símbolo. No es lo mismo hacerte mención de las cosas que pienso y siento cuando tecleo estas teclas, blandas, sutiles, diminutas, cargadas con material genético extraído de mis uñas. Porque también en las máquinas surge el deseo, noctámbulo, indescifrable de componer música sin música, de morder polvo y de perderse en el frenesí de unas cuantas palabras seguidas de otras, como en un tren negro sobre fondo blanco y sus movimientos invertebrados. La poesía tendrá su poesía, sus palabras, sus modos, pero yo te escribo desde una macbook sin prisa, sin ganas de que nos escuchen los que fingen no escucharnos.

5 comentarios:

David Lepe dijo...

me gustó.
saludos

Pedro Alejandro dijo...

Entrar de nuevo al mundo de los blogs da gusto cuando se encuentra uno con estos poemas.

Pablo Hernández M. dijo...

habrá dentro de 10 años que escriba en papel?

Anónimo dijo...

La palabra muere cuando el alma se amortaja. Saludos. (Shuteando como raras veces lo hago...)

Issa dijo...

Blanqui Rocks! que lindo texto!