viernes, 19 de enero de 2007

A los poetas


De otros poemas está hecha la historia,
de las palabras sueltas que no cabían en los libros,
de silencios entredichos o de condenas migratorias
que se volvían tachones o memorias elucubradas
sin sentido en una noche sin trama.
Las líneas abiertas de las personas sin quehacer.
El pecho cerrado o la falta de respiración,
los antihéroes caminan lentamente
en el borde de las denominaciones
y sus musas arrancadas sin espera
no esperan por ellos en el clímax de la historia.
Quedan cosas inconclusas,
palabras que no diremos jamás,
verbos sin uso y pasajes sin moraleja.
Allí una fábula sin animales, ni criaturas míticas,
el lápiz vulgar que se hace divino por repetir,
seducir al silencio,
escapar de la página en blanco
que nos aleja cada vez más de la realidad calma.
Rascarle las costras al lenguaje, sacarle punta al lapicero,
abrir la boca sin abrirla
esperando a una centena de hombres lobo
que nos escuchan y nos entonan.
El ejército de los niños de los ojos abiertos
que tienen hambre de verdad
o el apetito voraz de los que leen y subrayan. No lo se,
habría que preguntarle a un poeta.

1 comentario:

Vueltegato Editores dijo...

seducir, siempre seducir...